Usual es que los deportistas sufran lesiones y dolores en las rodillas, ya que se trata de una articulación que permite la movilidad necesaria en las diferentes prácticas deportivas.
En este caso, una de las lesiones más temidas es la rotura del ligamento cruzado interior (LCA) que por lo general, suele producirse cuando hay torsión de la rodilla mientras el pie permanece fijo. Por esta razón, se presenta con mayor frecuencia en deportistas que deben realizar muchos giros o cambios de dirección o en actividades de contacto, como el fútbol, esquí, football americano, artes marciales.
Según especialistas y doctores que hablan del deporte y biomecánica aseguran que:
• Los síntomas de la lesión en la rodilla están relacionados con un intenso dolor y molestia en la zona, un chasquido o diversos problemas y dificultades para lograr apoyar la pierna.
• En cuanto al proceso de recuperación, es lento; puede durar varios meses.
• La fractura o quiebre del ligamento cruzado interior (LCA) afecta la rodilla a tal punto que, produce episodios de inestabilidad que dificultan la práctica deportiva.
Entonces, una vez se ha diagnosticado, existen diferentes tratamientos y equipos de fisioterapia, eso sí, dependiendo de la lesión y de la persona. Uno de los procedimientos va dirigido a las personas que no realizan gran actividad y llevan una vida cotidiana normal, sin mucho esfuerzo físico.
Sin embrago, en personas activas, deportistas y que se exponen a diferentes actividades físicas, el tratamiento mediante equipos biomédicos es el más apropiado. Ya que estos ayudarán a tratar de manera más personalizada y profunda los dolores causados en la rodilla. Además, no se debe omitir el tratamiento quirúrgico mediante reconstrucción por cirugía, ya sea por medio de tendones del propio paciente o donante. En los casos deportivos, la mejor opción siempre será operar, para poder retomar las actividades y entrenamientos de manera más oportuna.
En cuanto a recuperación, es de suma importancia que la rodilla se recupere de manera pertinente y esto se puede lograr gracias al laboratorio de marcha y plataformas adecuadas que permitan el progreso y recobrar los movimientos, ya que una rodilla lesionada conforme va evolucionando, si presenta episodios de fallas e inestabilidad, puede derivar en artrosis y lesiones meniscales asociadas.
De esta manera, el tratamiento quirúrgico y recuperación con las plataformas de fuerza pertinentes garantizan la estabilidad de la rosilla y frena la posibilidad de la artrosis.
Una recomendación importante, es que la reincorporación a las actividades físicas y deportivas con impacto no deba producirse antes de los seis meses, pues este es el tiempo mínimo que garantiza que el nuevo ligamento se encuentre recuperado y pueda funcionar de manera correcta e ideal. Por eso en Biomec, aprovechamos este tiempo para que nuestros equipos y productos especializados en
biomecánica deportiva cumplan su labor y restauren lo que ha sufrido daños.
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